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Pirámide del aprendizaje: ¿Cómo aprenden mis alumnos y alumnas?
La pirámide del aprendizaje es una herramienta didáctica muy interesante para observar y gestionar el aprendizaje de nuestros alumnos/as.
Este enfoque se utiliza mucho en las metodologías activas de la enseñanza, nuevas formas de educar que ponen el acento en el rol activo del alumnado.
Diseñada por el pedagogo estadounidense Cody Blair, la pirámide del aprendizaje se basa en la metodología de la Taxonomía de Bloom y se complementa con el denominado cono de aprendizaje.

Taxonomía de Bloom: un marco de referencia muy útil para fijar objetivos
Benjamín Bloom fue un influyente psicólogo y pedagogo estadounidense. Uno de sus aportes más importantes a la educación fue la Taxonomía de Bloom, marco teórico en el que se fundamenta la pirámide del aprendizaje.
¿Para qué sirve la Taxonomía de Bloom?
Esta categorización nos ayuda a definir objetivos de aprendizaje claros y concisos. La Taxonomía nos permite identificar los distintos niveles en que se encuentra cada acción que pedimos al alumnado, por lo tanto, podemos observar de manera objetiva su desarrollo.
Al momento de determinar objetivos o indicadores de logro, se tienen en cuenta tres aspectos: cognitivo, psicomotor y afectivo.
La utilización de este método garantiza que la evolución de cada alumno/a se produzca de forma integral. De este modo, nuestros estudiantes adquieren herramientas para desenvolverse en el plano laboral, académico, social y emocional.

Organización de la Taxonomía de Bloom: niveles y jerarquía
La estructura de la Taxonomía de Bloom se organiza por niveles. En este proceso, el alumnado emplea distintas herramientas que le permiten mejorar aspectos básicos del aprendizaje como: el nivel de comprensión, la capacidad de razonamiento y síntesis o el análisis de temas y conceptos.

El cono de aprendizaje: de escuchar a enseñar
El valor añadido de la pirámide del aprendizaje es que complementa los niveles de la Taxonomía de Bloom. El cono del aprendizaje es una guía que nos indica la retención media experimentada por los estudiantes en cada tipo de actividad desarrollada en el aula.
La retención de los contenidos trabajados, normalmente sucede en los días posteriores a la actividad. En este sentido, el cono del aprendizaje se sintetiza de esta forma:
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Escuchar
Ejemplo: Acudir a una charla de un astrofísico sobre el universo
Nivel de retención: 5%
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Actividad: Leer
Ejemplo: Lectura individual y silenciosa de un capítulo de una novela.
Nivel de retención: 10%
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Actividad: Audiovisual
Ejemplo: Ver un documental en clase.
Nivel de retención: 20%
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Actividad: Demostrar
Ejemplo: Realizar un experimento científico.
Nivel de retención: 30%

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Actividad: Conversar
Ejemplo: Compartir impresiones sobre el documental y dialogar al respecto.
Nivel de retención: 50%
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Actividad: Argumentar
Ejemplo: Organizar un debate en el aula.
Nivel de retención: 50%
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Actividad: Simular y practicar
Ejemplo: Montar un Escape Room.
Nivel de retención: 75%
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Actividad: Enseñar
Ejemplo: Tutorías entre el alumnado.
Nivel de retención: 90%
El cono del aprendizaje no debe interpretarse como una invitación a eliminar completamente del aula las actividades más pasivas. Estas podrían ser escuchar o leer, que son las que aparecen con un porcentaje menor de retención.
Se trata de complementarlas con acciones motivadoras o más prácticas, donde la implicación y proactividad del alumnado es mayor, así como su potencial de retención. Ejemplos de este tipo serían: experimentar, debatir e incluso programar tutorías donde un grupo de estudiantes enseñan o refuerzan conceptos a otros compañeros/as.

Ventajas de la pirámide del aprendizaje
La pirámide del aprendizaje es una guía muy bien valorada por la comunidad educativa. Se usa cada vez más en diferentes cursos y niveles formativos.
Su principal valor es su capacidad para fijar objetivos concretos en el aula y desarrollar actividades variadas. Esto potencia los diversos conocimientos y habilidades que el alumno debería trabajar para enriquecer su aprendizaje.
Además, la combinación de la Taxonomía de Bloom con el cono del aprendizaje conforma un mosaico completo. En este, el profesor puede considerar y valorar un amplísimo número de variables y factores que influyen en la formación del alumno, incluidos los ámbitos de actuación necesarios o los niveles de retención de cada tipo de actividad.