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Cómo usar un cronograma de actividades para calendarizar tu proyecto
Un cronograma de actividades es una herramienta muy útil entre las metodologías activas para organizar la actividad docente en el aula. Destaca por su versatilidad y flexibilidad, lo que permite, por ejemplo, asociar cada actividad con las diferentes unidades didácticas o con el trabajo de un trimestre o todo el curso académico.
El principal valor de un cronograma de actividades es que permite integrar en un único documento muy visual y gráfico las distintas tareas planteadas. Esto permite incorporar datos como: el tiempo previsto para cada una de ellas, los recursos necesarios y quien la implementará o si la hemos realizado o no, entre nosotros.

Cómo se elabora un cronograma de actividades y aspectos a tener en cuenta
Normalmente, para elaborar un cronograma de actividades se utiliza un programa informático, bien sea uno general tipo Excel, una tabla de Word o alguna aplicación más específica. También podrías hacerlo en una hoja de tamaño grande. El objetivo principal es hacerlo lo más visual posible y que sea sencillo de modificar, completar, ajustar y compartir entre todos los interesados.
¿Qué información debe incluir un cronograma de actividades?
No existe un modelo único de cronograma, por lo que podemos ir estructurándolo y programándolo como mejor nos convenga, añadiendo los cambios y mejoras que consideremos más convenientes en cada momento.
Lo verdaderamente importante es que el cronograma sea práctico y fácil de entender por todos, tanto por el equipo docente como por el alumnado.
En cuanto a lo datos e información que debe aportar, es una cuestión variable, aunque como mínimo un cronograma debería contener lo siguiente:

- Actividades a realizar en cada asignatura, unidad didáctica, etc. durante cada mes, trimestre, año o la periodicidad que se considere en cada caso.
- Lugar o lugares de realización de la actividad.
- Tiempo previsto para cada tarea.
- Recursos necesarios: espacios, aulas, materiales, medios técnicos…
- Responsable o responsables de cada actividad, tanto a nivel de profesorado como de alumnado.
Esta sería la información fundamental, aunque se pueden añadir más campos con la información adicional que queramos: breve explicación de la actividad, objetivos, asignatura a la que está asociada, etc.

6 aspectos a tener en cuenta para elaborar un cronograma de actividades
Las siguientes recomendaciones te pueden servir de ayuda para crear o mejorar tu cronograma y convertirlo en uno más útil y práctico para todos, docentes y alumnos y alumnas:
- Antes de empezar a elaborarlo, es muy importante tener claras todas las actividades que se van a realizar durante el trimestre o curso completo. Por lo tanto, es necesario realizar una definición previa del conjunto de actividades que componen el proyecto.
- Implicar al alumnado en la elaboración del cronograma para convertirlo en una guía de trabajo consensuada entre todos. Sus opiniones, gustos e intereses deben ser tenidas en cuenta. De esta forma, los alumnos estarán más motivados y comprenderán que aprender puede convertirse en un divertido reto.
- Cuando comencemos a elaborar el cronograma, debemos tener en cuenta a qué unidad didáctica o proyecto pertenece cada actividad. Esto te ayudará a, posteriormente, poder realizar un seguimiento óptimo y fácil de las actividades.
- Tratar de calendarizar las actividades lo mejor posible: definir fechas y horarios de inicio y finalización de la actividad, entrega de tareas, fechas de exposición en grupo si se da el caso, etc.
- Hacer un esfuerzo de adaptación de las actividades al nivel medio de la clase y al de cada alumno y alumna en particular. Este aspecto es clave a la hora de definir las actividades, su nivel de dificultad y tiempo necesario para completarlas.
No perder de vista que el cronograma no es una herramienta rígida, sino que puede ir variando en función de la respuesta de la clase a las distintas actividades y de sus opiniones, propuestas e iniciativas.

¿Qué te puede aportar un cronograma de actividades?
Las ventajas de organizar tu labor docente con el apoyo de un cronograma de actividades son muchas y muy interesantes. En general, tienen que ver con el hecho de que una herramienta de este tipo sirve de guía para saber en qué punto del ciclo de aprendizaje se encuentra la clase en general y cada alumno o alumna en particular.
En definitiva, un cronograma permite hacer un mejor seguimiento del día a día en el aula, de las actividades realizadas, en curso y pendientes. Además, permite conocer con más exactitud si se están cumpliendo o no los objetivos planteados.
Por otra parte, un cronograma de actividades facilita mucho la evaluación de las actividades e, incluso, su interrelación. Se puede realizar fácilmente una agrupación y clasificación de los distintos trabajos y ejercicios, de manera que unos se complementen con otros.
De esta forma, se logra optimizar el esfuerzo de los alumnos, consiguiendo que cada actividad les ayude a conseguir los objetivos y competencias planteadas en cada curso o ciclo académico.
En definitiva, un cronograma aporta tranquilidad y seguridad al docente, ya que es un instrumento de gran ayuda para hacer un seguimiento de la clase, supervisar los progresos, detectar retrasos o incumplimientos y ajustar los tiempos sobre la marcha.
Todo esto ayuda a lograr la mejor alineación posible entre los objetivos definidos en el currículo y los resultados efectivamente logrados en el aula.
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