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¿Cómo crear programaciones didácticas adaptadas a tu alumnado?
Una programación didáctica es un proceso pedagógico que consiste en la planificación de una unidad didáctica, actividad o proyecto. Es el trabajo previo que todo docente realiza antes de poner en práctica cualquier experiencia de aprendizaje.
Crear programaciones didácticas es una tarea compleja. Se deben tener en cuenta muchas variables, desde el nivel sociocultural de cada centro a las circunstancias y gustos personales de los distintos integrantes de la clase. Además, no se debe perder de vista el currículo educativo y los criterios de evaluación determinados por cada comunidad o región.

Los retos de las programaciones didácticas
Crear una óptima programación didáctica implica un esfuerzo de concreción y de adaptación. En primer lugar, es fundamental tener en cuenta los criterios de evaluación oficiales. Estos nos aportan rigor académico, no debemos perderlos de vista. También debemos considerar personalizar los objetivos de aprendizaje: puedes redactarlos en función de la experiencia de aprendizaje que estás diseñando y las competencias que trabajarás.
Asimismo, evitaremos poner en marcha programaciones excesivamente estandarizadas. Por esta razón, es ideal adaptar los elementos de nuestra planificación a las necesidades específicas de nuestro alumnado Es fundamental tener en cuenta la atención a la diversidad que requiere la clase a la cual estamos enseñando.
Las tres claves para lograr programaciones didácticas adaptadas a tu alumnado
Debemos partir de la base que en educación no existen recetas infalibles ni fórmulas mágicas. El hecho de que una acción educativa haya funcionado anteriormente, no garantiza que vaya a ser igual de eficaz para otra clase o grupo. No obstante, sí que existen una serie de recomendaciones de gran utilidad a la hora de planificar pensando en nuestro alumnado.

1. Pistas: las estrategias que antes te funcionaron
Una actividad, ejercicio o forma de enfocar un tema que haya funcionado y motivado a otro grupo clase, son pistas que nos pueden ayudar a tomar el camino correcto. Aunque, como hemos comentado antes, son simplemente orientaciones. Nada nos asegura que funcione nuevamente, menos cuando impartimos clase a un grupo escolar distinto.
Recuerda que retomar estrategias que hayan tenido éxito no se trata de replicar de forma literal la programación didáctica. La idea es valorar positivamente lo que sabemos que ha gustado y funcionado y tratar de volverlo a poner en práctica, con los cambios que sean necesarios para este nuevo curso.
2. Practica la escucha activa
La flexibilidad es un valor añadido que deben tener nuestras programaciones didácticas si queremos que se adapten a la diversidad de nuestra clase. Es importante huir de la rigidez y de expresiones del tipo: «tengo que explicar este tema de una determinada manera porque es lo que toca».
Toma como ejemplo la siguiente situación: Estás explicando un concepto y tu alumnado te interrumpe a menudo. No lo entienden y tienen muchas dudas sobre temas que, teóricamente, ya deberían saber. Quizás ha llegado el momento de hacer una pausa y replantear la programación didáctica. A esto se le conoce como escucha activa. Has revisado la planificación en función de lo que tu clase manifiesta.
En situaciones como esta, los profes debemos valorar si es conveniente hacer un pequeño retroceso. Así, podremos explicar nuevamente los conceptos que algunos de nuestros estudiantes no han entendido.
Recuerda que no estás en mitad de una maratón. El objetivo principal es que tu alumnado progrese en su proceso formativo de forma sólida y no superficial.
3. Cada alumno/a es diferente y aprende de forma distinta
Otra cuestión muy importante a la hora de planificar una programación didáctica es considerar los distintos niveles con los que nos encontramos en la clase. No debemos perder de vista que cada integrante es una persona distinta: con conocimientos previos, capacidades, ritmos de aprendizajes, aspiraciones y expectativas diferentes.
Los docentes no debemos caer en el error de pensar que todo alumno o alumna aprende de forma idéntica. Siempre habrá diferencias y lo ideal es tenerlas en cuenta.
En resumen, no es necesario personalizar completamente cada programación didáctica. Sin embargo, consideraremos cierta flexibilidad en cada planificación. Además, si las circunstancias lo permiten, lo recomendable es alinear cada actividad con tu alumnado. Ten en cuenta sus gustos, motivaciones, niveles y contextos, se sentirán más implicados en su aprendizaje.