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Aprendizaje Basado en Retos: el desafío como diversión
El Aprendizaje Basado en Retos consiste en buscar la solución para un problema que sea cercano a nuestra clase. Este tipo de aprendizaje hace que nuestros estudiantes se sientan identificados y/o afectados de una forma más directa y relacionada con su entorno.
El Aprendizaje Basado en Retos (ABR) es una de las metodologías activas más interesantes y motivadoras para los estudiantes. Sigue leyendo para conocer más.

¿Qué es el Aprendizaje Basado en Retos (ABR)?
El Aprendizaje Basado en Retos (ABR) es una metodología activa que consiste en el planteamiento de un problema al alumnado. Este problema se caracteriza por ser de cierta complejidad, de carácter real y relacionado con el entorno cercano: el centro escolar, el barrio, incluso la ciudad. A partir de este reto o punto de partida, los estudiantes deben encontrar la solución más efectiva al problema planteado, adoptando una actitud crítica, reflexiva, cívica, social y organizada.
El principal aspecto diferenciador del ABR respecto a otras metodologías activas, como el Aprendizaje Basado en Problemas, es que la problemática planteada (reto) es real y su solución requiere acciones concretas. No se trata, por lo tanto, de una cuestión ficticia diseñada para trabajar en el aula.
Otra metodología activa que plantea una relación entre el grupo y la realidad, es el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Este se diferencia en que es mucho más amplio y puede incorporar el ABR dentro de sus actividades.

Las distintas fases del ABR
Una experiencia didáctica que trabaje con ABR, suele estar compuesta de una serie de fases o etapas claramente diferenciables:
1. Elección del tema.
De forma consensuada entre el docente y el grupo clase, se plantea un tema atractivo cuya resolución supone un reto para el alumnado. En esta primera etapa, puede sugerirse un tema genérico: inmigración, desempleo, pobreza, medioambiente, etc.
2. Brainstorming.
Puesta en común con los alumnos, donde estos pueden formular preguntas y sugerir propuestas e ideas. De este modo, se va perfilando y acotando el tema hasta llegar a un reto concreto cercano a los chicos y chicas, por ejemplo: soluciones de reciclaje en el barrio donde se ubica el centro escolar.

3. Búsqueda de soluciones.
Realizando la investigación y acciones necesarias, los alumnos y alumnas deben encontrar una solución factible y eficaz al reto planteado.
4. Exposición del trabajo.
Se presentan los resultados, ya sea en el aula, el centro escolar o, incluso, en alguna dependencia del barrio, como un centro de cultura. Para conseguir difusión, se puede grabar un vídeo o crear un blog.
5. Evaluación.
El trabajo de los alumnos es evaluado, pudiéndose optar por sistemas de coevaluación y autoevaluación. Recuerda que la evaluación no es lo mismo que la calificación.

Los 7 principales beneficios de un Proyecto Basado en Retos
- Esta metodología es muy eficaz para estimular la mente de los alumnos y alumnas con nuevos retos, desafíos y problemas.
- Aumenta la motivación del alumnado.
- Ayuda a conseguir una comprensión profunda del material de estudio.
- Este tipo de proyectos son muy útiles para el desarrollo de competencias sociales: empatía, implicación, espíritu solidario, colaboración, etc.
- Desarrollo de la autonomía y la autoestima.
- Potencia habilidades como el pensamiento crítico y el raciocinio en busca de soluciones pragmáticas.
- Es un método adaptable a diferentes etapas educativas, ya que la dificultad del reto puede ser muy variable en complejidad, recursos necesarios, horas de dedicación, etc

Consejos para implementar con éxito el ABR
La principal cuestión que docentes y estudiantes deben considerar al implicarse en un ABR es que tan importante es aprender a discurrir y encontrar soluciones como, simple y llanamente, jugar y divertirse.
Un Aprendizaje Basado en Retos es, sobre todo, una oportunidad para trabajar colectivamente sobre problemas concretos con el objetivo de encontrar la mejor solución, pero siempre en un ambiente distendido y divertido.
Por todo ello, es importante que el docente sea capaz de añadir un toque humor y confianza al reto, promoviendo un ambiente de respeto y cierta relajación.
Un último consejo es intentar adaptar el reto al curso académico, edad de los alumnos y nivel medio de la clase, teniendo en cuenta que el reto elegido no ha de ser necesariamente complicado o complejo. Un Escape Room o un juego de habilidad, tanto online como offline, ya puede constituir un reto.