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5 razones para crear tu propia unidad didáctica
Una unidad didáctica es una organización de varias clases para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se trata de un concepto pedagógico enfocado en el desarrollo de una temática concreta: eje integrador de todas las sesiones. Las clases de una unidad didáctica, al igual que los proyectos educativos, se programan con anterioridad.

¿De qué se compone una unidad didáctica?
Las unidades didácticas responden a una estructura común, compuesta de una serie de elementos pedagógicos. Estos son la base sobre la que el o los docentes tienen que trabajar con el fin de desarrollar las clases. Los 6 elementos clave que las componen, son:
- Contexto inicial. Debe definirse cómo se trabajará la unidad: online, offline, sistemas mixtos y en qué espacios (en el aula o en otros espacios del centro educativo como la biblioteca, el barrio…).
- Definir objetivos de aprendizaje. Es importante tener muy claro cuáles son los objetivos de la unidad. Al momento de redactarlos ten en cuenta el nivel en el que se encuentra tu clase.
- Contenidos a desarrollar. Puedes vincular la unidad a contenidos del currículum o personalizarlos según los intereses y motivaciones de tu alumnado.
- Proponer actividades educativas. Proponer actividades y ejercicios para que potencien las competencias y los conocimientos que quieres que tu alumnado desarrolle. Recuerda que hay actividades para el inicio, el desarrollo y el final de la unidad didáctica. Tus niños y niñas no saben lo mismo al final que al principio.
- Definir un cronograma. Establecer tiempos y fechas para cada actividad, dejando muy claro los plazos de entrega. Esto ayudará a evitar malentendidos o confusiones.
- Evaluación. Al contrario de lo que se suele pensar, la evaluación no siempre se desarrolla al final de la unidad didáctica. Puedes aplicar una evaluación diagnóstica para valorar los conocimientos previos del alumnado o una formativa para observar su desarrollo.

5 razones para crear tu propia unidad didáctica: La importancia de la diferenciación
Aunque todas las unidades didácticas tienen una serie de elementos comunes, existe un importante margen de autonomía a la hora de construir las que vamos a trabajar específicamente en cada clase.
En realidad, los expertos recomiendan a los docentes incorporar elementos diferenciadores en la creación de sus unidades didácticas. Esto permite sacarle el máximo partido a cada unidad, conseguir un mayor nivel de aprovechamiento por parte del alumnado y un mayor alineamiento con los objetivos definidos.

¿Por qué crear mi propia unidad didáctica? ¡Sigue leyendo!
1. Personalización de contenidos, objetivos e indicadores
La creación de unidades didácticas propias, que no se limiten a ser una copia exacta de libros educativos, da pie a la adaptación, la personalización y la innovación en el aula. Puedes aplicar la personalización a los objetivos, indicadores de evaluación o a lo largo de las actividades. Ten en cuenta siempre:
- El nivel medio de la clase.
- Las circunstancias específicas de cada alumno y alumna. Sus motivaciones, gustos, puntos fuertes, debilidades, necesidades educativas especiales, pueden ayudarte a diseñar el aprendizaje de forma más personalizada.
2. Atención a la diversidad
Atender a la diversidad implica recoger las opiniones, necesidades, dificultades, costumbres y orígenes de todos los alumnos y alumnas. ¿Cómo poder recoger las diferentes características de nuestra clase en una unidad didáctica preestablecida? Nadie conoce mejor a su grupo clase que los propios docentes.

3. Flexibilidad y adaptación a la realidad de la clase
Otro de los motivos por los que conviene personalizar las unidades didácticas es porque podemos hacerlas más flexibles. A veces necesitamos adaptar la programación a la realidad de nuestra clase.
El aula es un espacio vivo y dinámico en el que las circunstancias pueden variar, incluso dentro de un mismo curso escolar o trimestre. Hay situaciones que pueden hacer cambiar la realidad educativa del aula de forma inesperada.
Algún ejemplo de estos contextos podría ser la incorporación de nuevos alumnos/as a mitad de un curso. O bien la detección de la necesidad de reforzar competencias que no están llegando al nivel ideal.
Este tipo de situaciones requieren de soluciones rápidas y efectivas, que solo pueden darse si se trabaja con una unidad didáctica adaptada y flexibilizada.

4. Adaptación a los nuevos tiempos
Vivimos en un mundo caracterizado por la rapidez. Nos rodean cambios de todo tipo: tecnológicos, sociales, económicos, etc. A veces estas transformaciones nos pillan desprevenidos/as.
La creación de una unidad didáctica propia puede ser la solución a esta problemática, ya que permite adaptarse, en la medida de los posible, a la actualidad local y la realidad cercana. Para ello, existen múltiples maneras de innovar en el aula y de programar una unidad didáctica creativa.
5. La oportunidad de implicar a nuestros alumnos y alumnas
Crear nuestra propia unidad didáctica favorece una mayor implicación y motivación del alumnado. Nos da la posibilidad de programar actividades más alineadas con sus intereses, gustos, sensibilidades y preocupaciones.
Un último apunte: las adaptaciones de las unidades didácticas no tienen por qué ser muy profundas, ni suponer grandes cambios en los contenidos. Pueden limitarse a cambiar simplemente algunas actividades, retocar los objetivos o matizar las formas de evaluación.